jueves, 22 de marzo de 2018

Y llega Marzo...



Llega Marzo, ya casi a mediados de mes y comenzamos oficialmente la primavera, este año de 2018 exactamente el martes 20 de Marzo. Pero este fin de semana ya ha nevado otra vez en la sierra, ahora mismo hace un frío que pela y el viento sopla fuertemente, a pesar de todo los cerezos, ciruelos y almendros ya están en flor.

Parece como si el invierno se resista a marcharse... muchos dirán que es el cambio climático, yo no sé que pensar porque ya son varios inviernos en que hace más frío en Enero del que haría en Noviembre, incluso recuerdo aquel año en que nevó en el mes de mayo.

Me vienen a la memoria en fechas semejantes, ver a mi padre con la bufanda, los guantes y el abrigo al volver del trabajo. Mi padre siempre decía que el tiempo era cíclico, y me explicaba la razón de los cambios que percibíamos, y aún a día de hoy, a pesar de no estar ya conmigo... veo que tiene razón.

Y empiezo a enlazar un recuerdo con otro... y me doy cuenta de que aunque pasa el tiempo, los recuerdos siempre presentes se vuelven más vivos.

Me encuentro muchas veces mirando un cuadro mientras escucho en mi cabeza la historia del mismo, o revisando un álbum de fotos y recordando en qué momento la sacamos, dónde estábamos, escucho su voz en ese instante en que sacaba la fotografía y no puedo por menos sonreír. Otros días siento la necesidad de acercarme al sofá donde solía sentarse y casi escucho el tenue sonido del pasar de página del periódico. Y aunque sé que ya no está aquí conmigo, superpongo la imagen de su recuerdo a la realidad, casi me parece verle en el sofá mirándome con una sonrisa mientras le acerco un té... y esos momentos duelen.

Como duele saber que ya ha pasado otro Dia del Padre sin que pudiera alegrarte con algún detalle, y que mañana será otro día en que no pueda celebrar contigo tu cumpleaños... No podré sorprenderte, madrugando para ir a vuestra casa y prepararte el desayuno, como era tradición en casa, no podré escuchar tu voz, ni abrazarte, ni decirte todo lo que te quiero y echo de menos.

Siete años desde tu último cumpleaños, siete años en que llegados a esta fecha siento que me ahogo, que el peso cae sobre mis hombros como si de un muro de piedras se tratara. Siento que me fallan las fuerzas, porque es en estos días cuando vuelvo a recordarlo todo exactamente como hace siete años... y me pregunto qué podría haber hecho para cambiar las cosas... todos y cada uno de mis días desde hace siete años pienso en ello. Pero no sé si es porque son fechas demasiado señaladas, que no puedo evitar sentir como se me desgarra el alma...

Aún hoy siento que te fallé, Padre...

Ojalá las cosas las hubiera hecho de otra forma, ojalá no hubiera perdido tanto el tiempo con otros problemas... ojalá hubiera sabido que quedaba tan poco tiempo, ojalá tuviera los conocimientos para haberte salvado... ojalá pudiera escucharte una vez más, abrazarte... y darte las gracias porque solo tú me entendías.

Llega Marzo y mi corazón se inunda de lágrimas, mi cabeza de recuerdos y mis manos se aferran a la nada esperando encontrar el eco de tu recuerdo.

Y llega Marzo... y aunque me derrumbe, me remonto a aquella noche en que nos quedamos hablando hasta la madrugada y atesoro tus palabras, y busco la fuerza en ellas para seguir adelante... y a veces lo consigo, pero otras veces, tan solo quiero llorarte. Porque me duele que no estés aquí, y tan solo encuentro el sosiego, vertiendo mis lamentos en forma de palabras en este rincón... con la esperanza de que estés donde estés puedas leerlas, y quizás algún día puedas responder a ellas.

Llega Marzo y sigues presente en mi vida Papá... te sigo echando de menos, como si no hubiera pasado el tiempo.

Feliz cumpleaños Papá, ojalá pudiera mañana darte un abrazo. 

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