jueves, 23 de abril de 2015

UN AÑO MAS QUE PASA...

 
Un año más que ha pasado, casi como si fuera un suspiro... por un instante fugaz, mientras que por otro amargamente eterno.
 
Hoy el mundo sigue su ritmo y mal que nos pese debemos seguir su ritmo. Como siempre toca levantarse, vestirse con una sonrisa y buscar la manera de acabar el día.
 
A veces no puedo evitarlo y se me escapa una lágrima, o quizás una mirada perdida... y es que, hay tantas cosas en mi vida diaria que me recuerdan a ti... tantos momentos vividos, recuerdos que atesoro en mi mente y en mi corazón y que me asaltan y me golpean con dureza.
 
Padre, me enseñaste muchas cosas que en la vida debía afrontar, pero jamás me enseñaste a saber lo que es estar sin ti.
 
Intentamos ser fuertes por los demás, intentamos cubrir nuestra tristeza con una sonrisa forzada, intentamos superar la pena, pero pese a todo es inevitable que un día como hoy nos asalten los recuerdos de tu marcha.
 
Y es por ello que escribo estas líneas, porque necesito desahogarme y quizás aunque nadie las lea piense que tu puedas leerlas desde el cielo, aunque a veces me gusta pensar que estás aquí a mi lado, mirando por encima de mi hombro mientras las letras aparecen en la pantalla del ordenador, siguiendo con una suave sonrisa mis devaneos...
 
Ojala fuera posible... tan sólo volver a verte un día más, abrazarte de nuevo, acurrucada como cuando era pequeña.... decirte tantas cosas, tener la oportunidad de despedirme...
 
Te echo de menos Papá... y aunque ha pasado un año más y me doy cuenta con espanto que ya son cuatro los años en que estamos separados... te sigo echando en falta, me sigue doliendo tu ausencia, me sigue costando no romper a llorar al recordar tus palabras... tus sonrisas... tus enseñanzas, tus miradas...
 
No puedo escribir más, pese a que las palabras se agolpan en mi mente y se agolpan como sollozos en mi garganta.
 
No hay manera de expresar el dolor... ahora lo entiendo, por más que busquemos comparaciones, que escribamos cuidadosas metáforas, que gritemos desgarradores versos... la verdad es que no hay palabras, para expresar el vacío en mi vida, el dolor de tu ausencia, darte cuenta de todas las cosas que quería compartir contigo y que ya no serán posibles, de ver en los ojos de tus nietos, la expresión de tu mirada, de no poder sentarme a tu lado y conversar como antaño, de percibir un aroma en el viento que me recuerde el refugio de tus abrazos... de en definitiva, encontrarme con la mirada perdida, soñando realidades pasadas, cuando la realidad me supera y mi alma grita tu pérdida.
 
Duele... demasiado... tener que esperar para volver a verte...
 
Te quiero Papá, y te echo de menos cada día más.