martes, 21 de octubre de 2014

HALLOWEEN: SU VERDADERO ORIGEN



 
Como cada año se acerca una fecha que para muchos resulta una ocasión para divertirse, para otros rememorar viejas tradiciones y para otros una blasfema fiesta americanizada.
 
En contra de lo que piensan muchos, Halloween, no es una festividad americana importada a España. Sino una festividad, una tradición europea que se exportó a EEUU.

Sus raíces están vinculadas con la conmemoración celta del Samhain, en la que la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre servía como celebración del final de la temporada de cosechas en la cultura celta y era...
considerada como el «Año Nuevo Celta», que comenzaba con la estación oscura.

Es tanto una fiesta de transición (el paso de un año a otro) como de apertura al otro mundo. Su etimología es gaélica y significa 'fin del verano'.

Ha sido practicada desde hace más de tres mil años por los pueblos celtas que han poblado toda Europa.

Fueron los inmigrantes irlandeses quienes transmitieron versiones de la tradición a América del Norte durante la Gran hambruna irlandesa.

En cuanto al Samhain, los antiguos britanos tenían una festividad similar conocida como Calan Gaeaf. En el Samhain se celebraba el final de la temporada de cosechas en la cultura celtaNota 1 y era considerada como el «Año nuevo celta», que comenzaba con la estación oscura.2 3

Los antiguos celtas creían que la línea que une a este mundo con el Otro Mundo se estrechaba con la llegada del Samhain, permitiendo a los espíritus (tanto benévolos como malévolos) pasar a través. Los ancestros familiares eran invitados y homenajeados mientras que los espíritus dañinos eran alejados. Se cree que el uso de trajes y máscaras se debe a la necesidad de ahuyentar a los espíritus malignos.

Su propósito era adoptar la apariencia de un espíritu maligno para evitar ser dañado. En Escocia los espíritus fueron suplantados por hombres jóvenes vestidos de blanco con máscaras o la cara pintada de negro.

El Samhain también era un momento para hacer balance de los suministros de alimentos y el ganado para prepararse para el invierno. Las hogueras también desempeñaron un papel importante en las festividades. Todos los otros fuegos se apagaban y en cada hogar se encendía una hoguera en la chimenea. Los huesos de los animales sacrificados se lanzaban a la hoguera.

Otra práctica común era la adivinación, que a menudo implicaba el consumo de alimentos y bebidas, e incluso en Asturias se celebraban banquetes en las tumbas de antepasados.

Cuando tuvo lugar la ocupación romana de los dominios celtas la festividad fue asimilada por estos. Aunque ya se celebraban los últimos días de octubre y primeros de noviembre una festividad conocida como la «fiesta de la cosecha», en honor a Pomona (diosa de los árboles frutales), se mezclaron ambas tradiciones. Las manzanas eran muy populares y pronto formaron parte de la celebración.

En una época en la que predominaban las festividades «paganas», los papas Gregorio III (731–741) y Gregorio IV (827–844) intentaron suplantarla por una festividad católica (Día de Todos los Santos) que fue trasladada del 13 de mayo al 1 de noviembre.

En 1840 esta festividad llega a Estados Unidos y Canadá, donde queda fuertemente arraigada. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición durante la Gran hambruna irlandesa. Fueron ellos quienes difundieron la costumbre de tallar los jack-o'-lantern (calabaza gigante hueca con una vela dentro) [cita requerida], inspirada en la leyenda de «Jack el Tacaño».

Sin embargo, la fiesta no comenzó a celebrarse masivamente hasta 1921. Ese año se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota y luego le siguieron otros estados. La fiesta adquirió una progresiva popularidad en las siguientes décadas.

La internacionalización de Halloween se produjo a finales de los años 70 y principios de los 80 gracias al cine y a las series de televisión. En 1978, se estrenaba en Estados Unidos y en el mundo entero Halloween, de John Carpenter; una película ambientada en la víspera de Todos los Santos que supuso una referencia para el cine de terror de serie B; con innumerables secuelas e imitaciones.

Hoy en día, Halloween es una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense y canadiense. Algunos países latinoamericanos, conociendo aún esta festividad, tienen sus propias tradiciones y celebraciones ese mismo día, aunque coinciden en cuanto a su significado: la unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el reino de los muertos. En Europa son muchas las ciudades en las que los jóvenes han decidido importar el modo con el que Estados Unidos concibe Halloween celebrándolo con fiestas y disfraces. Aunque en algunos lugares, como Inglaterra, la fiesta original ha arraigado de nuevo.

El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad engendrada en el cine estadounidense. La imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de un oscuro y tranquilo barrio, ha quedado grabada en la mente de muchas personas.

En esa noche los espíritus visitaban las casas de sus familiares, y para que los espíritus no les perturbasen los aldeanos debían poner una vela en la ventana de su casa por cada difunto que hubiese en la familia. Si había una vela en recuerdo de cada difunto los espíritus no molestaban a sus familiares, si no era así los espíritus les perturbaban por la noche y les hacían caer entre terribles pesadillas.

Una costumbre que persiste hoy en día en Irlanda es la preparación o la compra de un pastel de frutas, en el que se coloca un anillo simple, una moneda y otros encantos antes de hornear. Se dice que aquellos que encuentran un anillo encontrarán su verdadero amor el año siguiente. Esta tradición es similar a la del roscón de Reyes en la fiesta de la Epifanía.

Como véis, la festividad de Halloween no es puramente americana. Y como defensora de las viejas tradiciones os animo a ver la fiesta con otros ojos, no como una fiesta americanizada. Sino como una fiesta de nuestros antepasados europeos, así pues... ¿De qué os vais a disfrazar este año?
 
 

martes, 14 de octubre de 2014

Lo prometido es deuda: Cuentos para mis sobrinas


Si hay algo que es capaz de alegrarme el día por muy mal que haya ido, es escuchar las voces de mis sobrinas gritar: "Tííííaaaa!! Ya has llegado!!".

Algunos no entienden la especial predilección que siento por estas pequeñas, no es difícil de explicar... Llevo queriéndolas desde que aún eran dos pequeñajas revoltosas en el vientre de mi querida hermana mayor.

Y sí... a veces soy muy dependiente de ellas, pero ¿cómo no querer a esas pequeñuelas que me llevan arrancando sonrisas desde hace 9 años y medio? (Y los que me quedan :D)

Estoy muy orgullosa de mis pequeñas sobrinas, de las gemelas y de la pitufa. Las tres tan parecidas y al tiempo tan diferentes. Es curioso y fascinante ver como crecen, como van perfilando su personalidad, su carácter, como cambian sus gustos e ilusiones.

Debo decir que tengo mucha suerte, mis hermanos siempre han cuidado que la relación entre ellas sea estrecha... al igual que con el resto de la familia, por eso puedo decir que he disfrutado viendo como crecían.

Y ahora... tengo un nuevo sobrino, al fin un chico en la casa... creo que estamos todas entusiasmadas con la idea, ¡desde luego niñeras no van a faltar!

Y ahora os preguntaréis ¿por qué os cuento todo esto? Muy sencillo, desde que mis sobrinas son pequeñas, he intentado transmitirles esa magia y fantasía que cobra vida en mi mente.

Me gusta que tengan una gran imaginación, opino que las personas que no tienen imaginación ven un mundo gris... sin todas las tonalidades que podemos descubrir, porque en cada pequeña situación, objeto, e incluso persona... se puede esconder una historia.

Así pues, creé un mundo de fantasía habitado en principio por dos princesas, que fueron creciendo, hasta que se unió a ellas una tercera princesita. (Y en breve por lo que veo tendré que añadir un aguerrido principito).

Este mundo ha ido creciendo cada noche, pues antes de dormir era usual que me reclamaran un cuento (siempre que iba a dormir a casa de mi hermana o venían a casa de la abuela), cada noche nos sentábamos y con una sonrisa me decían tres palabras.

A partir de esas palabras creaba un cuento en el que ellas eran las protagonistas.

Y ... creo que es hora de poner por escrito sus aventuras, si todo sale bien, puede que el día de mañana pueda regalarles un libro que recoja sus aventuras de la niñez.

Espero que os gusten estos relatos, de la misma manera que les gustaron a ellas, y que iré subiendo en el blog de La Biblioteca de Winstalayan.

Y recordad que al igual que "la imaginación es el lápiz con que el niño pinta sus mejores aventuras",  como dijo el maestro Terry Pratchett: " La imaginación, no la inteligencia, es lo que nos hace humanos".