domingo, 8 de junio de 2014

Una carta de despedida para mi pequeña prima...


Mi querida prima... 

Aún no asumo que te hayas ido de nuestro lado, no termino de aceptarlo.

El Sábado 7 de Junio de 2014, la luz de tu mirada se apagó. Aún no entiendo que pudo pasar, sólo sé que los ángeles te reclamaron demasiado pronto. 

17 años y medio, es una vida demasiado corta. ¿No podía Dios esperar a reclamarte a su lado?

Siento el corazón desgarrado, por la amarga pena, la impotencia de no poder hacer nada, ni siquiera abrazar a tu hermana que ahora mismo está destrozada... Vivir en países diferentes nos mantuvo separadas físicamente, aunque se que al igual que yo, ambas nos queríamos en el corazón.

Desde que te has marchado, he estado recordando todos los buenos momentos que hemos vivido juntas, las historias compartidas, lo que iba viendo de tu vida a través de las redes sociales...

Me acuerdo cuando naciste, el 18 de Julio de 1996... me acuerdo que mi Padre se enteró de la noticia a través del tuyo, y después nos lo dijo a nosotros. Nos pusimos muy contentos, puesto que la familia aumentaba.

Papá fue a veros mas de una vez, y me acuerdo que nos contaba cómo te acercabas a él y alzando las manitas le pedías que te sentara en su regazo. Incluso me contó que una vez te quedaste dormida en sus brazos, y no me extraña...

Por desgracia, al vivir en dos países diferentes, no nos vimos tanto como me hubiera gustado, y ahora lamento no haber aprovechado las oportunidadades para seguir en contacto contigo... para poder... conocerte aún más.

De hecho la primera vez que te ví, creo que tenías ocho años, ya por aquel entonces eras una niña de fuerte carácter... pero a la vez tenias tanto cariño que dar, eras un amor de niña... me acuerdo que me enseñaste a tus perros, correteaste a mi alrededor, jugamos y querías que jugara contigo al tenis... lo recuerdo como si fuera ayer... el enfado porque no pudiera quedarme mas tiempo... y ahora me lamento por haberte perdido.

Y es que la última vez que fuimos, por motivo de la boda de nuestra querida prima, ya me superabas en altura. Eras una jovencita risueña, enérgica, tremendamente cariñosa y una verdadera belleza.

Lamento de veras no haber buscado la manera de mantener un mayor contacto contigo, lamento haber esperado tanto para decírtelo y es que ahora que te has ido... ¿cómo voy a volverte a abrazar?

Es difícil asumir que no volveré a ver tus alegres ojos ni a cruzar una palabra más contigo, que no oiré tu risa ni podré disculparme por no haber estado más cercana a ti...

Lo siento pequeña, sólo espero que cuando llegues al cielo, Papá te esté esperando... 

La muerte nos ha separado cuando apenas comenzabas a vivir, pero siempre vas a estar en mi corazón...

Te quiero, aunque no haya sabido demostrártelo en vida... 

Descansa Ángel nuestro.